segunda-feira, 7 de junho de 2010

Os exilados de Cuba e o reinventar da História

Las Guerras Secretas de Fidel Castro

Cubamatinal
CAPÍTULO 13
ANGOLA: OPERACION CARLOTA
A la hora de la Revolución de los Claveles en Portugal, existían tres movimientos anticoloniales en Angola; de ellos, UNITA, de gran interdependencia grupal, era el más débil en el orden militar y de poca influencia en el exterior. En la década de los sesenta, Jonás Savimbi era uno de los líderes angoleños de más relieve en la contienda contra el colonialismo portugués; apoyado por el argelino Ben Bella y con estrechos vínculos con Co-Liang uno de los principales agentes chinos en África (1).

Por Juan F. Benemelis*

El Frente Nacional de Liberación de Angola (FNLA) encabezado por Holden Roberto, era el decano de los movimientos anticolonialistas de las posesiones portuguesas de África, con una fuerza combativa mejor entrenada. Su sostén fundamental provenía del congolés Mobuto, del guineano Touré, y también de China. Sin embargo, debido a su posición anticomunista, se había generalizado en el continente, el criterio de que Holden Roberto, entonces en el apogeo de su popularidad, recibía apoyo secreto de los Estados Unidos.

El Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA), de franca tendencia pro soviética, estaba mantenido por el PC portugués, al igual que por la URSS y Cuba, y en el plano africano, por el Congo Brazzaville, que tenía en esa época un gobierno de izquierda. El MPLA nace como un ramal de agitadores e ideólogos de los comunistas, el cual agenció para esta organización angoleña la ayuda económica de la URSS. Sus primeros combatientes serán entrenados en Argelia, entre 1963 y 1964, por instructores cubanos. Durante su exilio en Zambia, Agostino Neto, principal dirigente del MPLA, sostenía relaciones con el residente de la KGB en Lusaka, con el cual coordinaba la ayuda en armamentos que su organización recibía a través del Congo Brazzaville.

En septiembre de 1973 se produce una alianza entre el Partido Comunista Portugués y los militares de izquierda agrupados en el “Movimiento de las Fuerzas Armadas”, para tramar un golpe de estado que instaure una administración marxista en Lisboa y en sus colonias de ultramar. En febrero de 1974, Alvaro Cunhal, secretario del PC portugués efectúa visitas secretas a Praga, a Moscú y a La Habana con el fin de debatir el futuro del imperio lusitano al derrocamiento del dictador Marcelo Caetano.

Gran parte de la nomenclatura comunista portuguesa, incluyendo a Cunhal, se hallaba en Cuba en los momentos que se produce el coup d'etat en Lisboa. Por su parte, los servicios secretos occidentales no prestaron interés a la información ofrecida por Mario Soarez sobre el inminente golpe. Como ha planteado el analista español Alberto Míguez2 "es claro hoy que los soviéticos estaban esperando por tal eventuali dad mediante Alvaro Cunhal y el partido comunista portugués (el aliado más cercano de Moscú en Europa)".

La junta militar constituida después del golpe estuvo encabezada por el general Antonio Sebastiao Ribeiro de Spínola, con Vasco Gonzalves como primer ministro. El PC portugués, ejerce una enorme presión sobre el general Saraiva de Carvalho, el vicealmirante Rosa Coutinho (el almirante rojo) y el propio premier Gonzalves, para llevar a cabo negociaciones en las colonias sólo con los cuerpos políticos de orientación marxista. A esta posición se había afiliado la banda izquierda del Partido Socialista agrupada en torno a Tito Morais.

La mayor parte del partido socialista de Soarez, mediante dos de sus personeros, el canciller Melo Antunes y de Almeida Santos, proponen algo diferente: una federación de estados de lengua portuguesa con su capital en Lisboa; una especie de mancomunidad lusitana. En el caso específico de Angola, los socialistas intentan la neutralidad ante los tres movimientos anti-col onialistas que representan UNITA, el MPLA y la FNLA.

Castro había invertido un enorme capital político en la Guinea Portuguesa precisamente para el momento de la independencia. Allí se encontraban partidas militares cubanas que habían asesorado al PAIGC en su contienda guerrillera en Guinea Portuguesa. Con vistas a precipitar los acontecimientos en esa dependencia, cubanos y soviéticos presionan a los comunistas portugueses, sobre todo a Cunhal, para lograr la descolonización inmediata.

Pronto los comunistas desde Lisboa logran nombrar para el cargo de administrador colonial en Guinea Portuguesa al "general rojo" Carlos Fabiao, cuya misión confidencial será transferir el poder al PAIGC. A su vez, para favorecer al MPLA en Angola gestionaron la denominación a la investidura de gobernador colonial a Franco Pinheiro, un extremista de izquierda.

Las divergencias que se desatan en Portugal sobre cómo efectuar la descolonización de sus territorios africanos hacen muy vulnerable al corrillo del entonces "espadón" Spínola, que se ve trabado en las pinzas del partido comunista que controla los sindicatos y del partido socialista que amenaza con abandonar el gobierno. Los comunistas recuperan nuevamente influencia al forzar en junio el cambio de Spínola por el general Costa Gomes, hombre también de izquierda, dejando a Gonzalves como primer ministro. Los comunistas portugueses, así como los soviéticos y los cubanos, consideraban que la asunción de la hegemonía política por los movimientos marxistas en las colonias facilitaría la toma definitiva del poder en Lisboa.

De inmediato, el PAIGC confirma su control en la Guinea Portuguesa proclamando unilateralmente la independencia. Ante el asombró de las delegaciones extranjeras que asisten a las ceremonias, se verá marchar por las calles de Praia (la capital del nuevo estado) a soldados del PAIGC junto a unidades cubanas que recién habían arribado en el buque XX Aniversario. Los militares cubanos iban ocupando las plazas militar es que abandonaban los portuguese s.

En Mozambique es designado como gobernador, Soares de Melo, simpatizante del marxista Frente de Liberación de Mozambique, (FRELIMO). Los comunistas portugueses propician una cadena de negociaciones secretas en Tanzania con Samora Machel, cabeza del FRELIMO, que culminan con el acuerdo de Lusaka3 el 5 de septiembre de 1974. En el mismo se reconoce la transferen cia del poder al FRELIMO, y se marginan, por consecuencia, las restantes organiza ciones mozambicanas.

En enero de 1975, arriba a Mozambique una comisión de la Tricontinental compuesta por empleados de la inteligencia cubana y dirigida por el chipriota Vassos Lyssaride s, personaje estrechamente conectado al por entonces hombre fuerte de Castro para África, Osmani Cienfuegos. La visita coincide con la del representante del Comité de Solidaridad Afroasiática y miembro de la inteligencia alemana, Joaquim Kindzel4.

El almirante Coutinho, concuño de Agostino Neto y simpatizante del MPLA, es nombrado gobernador; entonces los comunistas portugueses consiguen manipular la descolonización de Angola. El MPLA por su parte se verá enredado en una intensa y larga pugna entre los pro-soviéticos, los pro-chinos y un "tercer estado" de militantes moderados. El conflicto se dará sobre todo entre Neto, Mario de Andrade, Daniel Chipenda, Lucio Lara, y Viriato Da Cruz. Pese a las gestiones en favor de un entendimiento entre las facciones por parte de Cuba y de la URSS, para junio de 1974 se considera que Neto es letra muerta dentro del MPLA.

De inmediato, Cuba y la URSS deciden apoyar la candidat ura de Chipenda, quien había heredado el grueso de las partidas militares del MPLA. Cuba determina ubicar en Portugal a Francisco Astray, un agente experimentado, para facilitar la comunicación con el PC portugués y los llamados "militares rojos" Fabiao, Valera Gomes, Coutinho, Saraiva de Carvalho. Estos serán clave en el intento de transformar el proceso portugués hacia un modelo de tipo soviético. De no ser por los altos oficiales de las fuerzas armadas portuguesas de tendencia marxista, a Cuba le hubiera tomado varios años reunir la información necesaria sobre las defensas, comunicaciones, logística y topografía de Angola, que utilizaría posteriormente en sus operaciones bélicas5.

Los militares cubanos que toman parte en las negociaciones con sus colegas portugueses revisten los cargos apropiados para llevar a cabo la planificación de una operación militar. Su contraparte portuguesa Coutinho propicia luego la entrada de pertrecho soviético y de unidades cubanas. Se inicia entonces un discreto pero intenso intercambio entre los "militares rojos" y los altos mandos castristas donde a todas luces se va explorando la opción militar combinada para llevar al MPLA al poder.

Así, en abril de 1974 una representación de importantes estrategas portugueses encabezada por Valera Gomes inicia sus sesiones de intercambio en La Habana con Fidel y Raúl Castro, y con los generales Senén Casas (jefe del Estado Mayor, Fernando Vecino Alegret y Ochoa. Meses después, en julio de 1974, los generales Senén y Julio Casas Regueiro (jefe de la logística) y Emidgio Báez (jefe de la marina) visitan secretamente Portugal. Los tres generales son elementos necesarios para cualquier maniobra militar. En la reunión se discute la situación angoleña con Valera Gomes, Fabiao y Coutinho, que a la sazón ostentaba el mando en Angola.

Una semana después de dicho cónclave, el general Saraiva de Carvalho, responsable del comando de operaciones del ejército portugués, arriba a La Habana acompañado del agente de los servicios secretos cubanos Astray. Saraiva de Carvalho conferencia con Fidel y con Raúl Castro, y con los generales Senén Casas, Ochoa y Francisco Cabrera6.

Coutinho cede al MPLA los 6,000 catangueses mercenarios del ejército colonial portugués para ser nuevamente entrenados por militares cubanos en la base angoleña de Massangano. Irónicamente, estas unidades catanguesas habían guerreado contra los propios cubanos en el Congo bajo las órdenes de Hoare durante la guerrilla del Che Guevara. Esta medida equilibrará el MPLA ante los otros movimientos, al concederle el músculo guerrero de que adolecía. Desde finales de 1974 los soviéticos incrementarán su ayuda militar al MPLA. El 4 de febrero de 1975, Neto se presenta en el estadio de Luanda al frente de un convoy donde figuran militares soviéticos y cubanos7.

En marzo, el MPLA se apresta para disputarle al FNLA y a la UNITA el control de Luanda, puerto y asiento necesarios para recibir cargamentos masivos de pertrechos procedentes de la URSS y de Cuba. Neto había suplicado a los soviéticos el envío de personal para constituir un nervio militar del MPLA. Los soviéticos, cautelosos de las implicaciones internacionales, desatendieron la propuesta, pero coordinaron con Castro el incremento de soldados cubanos. De inmediato comienza el arribo de un nutrido conjunto de consejeros militares antillanos8.

En junio de 1975, Flavio Bravo, miembro del buró político de Cuba, se dirige a Congo Brazzaville donde se encuentra con Neto. Allí acordarán los pormenores de la participación cubana en forma más consistente y directa dentro de Angola y particularmente para secundar la "batalla de Luanda" que el MPLA libraba contra la FNLA y la UNITA.

Entre mayo y junio Castro va congregando unidades en Cabinda, y en julio acelera la infiltración de sus legionarios en Angola, sobre todo reclutas de la academia militar de Ceiba del Agua. Castro le pide al coronel Saraiva de Carvalho, de visita en La Habana para los festejos del 26 de julio, que indague la autorización de Lisboa para ceder mayores recursos al MPLA9.

Castro es informado por su servicio de inteligencia que batallones comandos del ejército de Mobuto eran transportados en aviones C-130 hasta el poblado norteño angoleño de Ambriz donde se hallaba instalado el gobierno provisional de Holden Roberto. Con arreglo a los medios informativos de La Habana, importan tes compañías petroleras francesas manufacturaban un movimiento político en Cabinda, el FLEC, para propiciar la secesión de este enclave petrolero. Según versiones oficiales cubanas, el servicio de espionaje francés (SDECE) estaba recibiendo reseñas de inteligencia estadounidense sobre la situación angoleña. En agosto de 1975 el SDECE había obtenido la promesa del propio subdirector de la CIA Vernon Walters de continuar tal cooperación.

La DGI cubana mantenía en ese momento una estrecha vigilancia dirigida a las organizaciones como la World Wild Gees, Club Phoenix Associated y Omega Group Limited, en Estados Unidos, las cuales agrupaban a los últimos representantes de una raza de hombres llamada a desaparecer: los mercenarios. Así también, sobre el Security Advisory Services (SAS) y el Mercenary Forces Group en Gran Bretaña. También lo hacía con relación a individuos como el inglés John Best y el mayor norteamericano James E. Leonard a los que consideraba claves para un futuro reclutamiento de mercenarios y recursos contra el MPLA.

El día primero de agosto llega a Luanda en misión secreta una comisión compuesta por el almirante Coutinho, el general Fabiao y el capitán Canto e Castro. Días después, Portugal nomina a Leonel Cardoso como Alto Comisionado en Angola, a quien se encarga facilitar la entrega del poder al MPLA. Los primeros buques con unidades de combate completas (alrededor de 2,500 hombres) zarpan de Cuba a mediados de julio bajo el mando del general Raúl Díaz Argüelles; tres semanas después atracan en las radas angolanas10.

LA GUERRA

El 15 de agosto de 1975 aterrizan a Luanda desde diversos puntos Jorge Risquet, componente del secretariado del partido comunista cubano y encargado de asuntos africanos; los generales Díaz Argüelles y su segundo al mando Ramón Espinosa. Espinosa se encontraba desde inicios del año en Angola; al morir Díaz Argüelles le sustituirá. Al grupo se une el director de centro de la DGI en Portugal Astray; el diplomático y jefe del centro de la DGI en Guinea (Conakry) Oscar Oramas, especialista en cuestiones africanas, quien previamente había sido destacado en Francia y en Argelia, y el embajador cubano y encargado de la oficina de la DGI en Congo Brazzaville José A. García11.

Esta reunión de Risquet y de Neto (por el MPLA) con la cabeza suprema del dispositivo guerrero cubano Díaz Argüelles, y con los patrones de las oficinas de inteligencia en aquellos países que participaban en operaciones de logística (Azores, Conakry, Brazzaville y Pointe Noire) tendrá una contraparte en la tertulia que simultáneamente se celebra en La Habana entre Coutinho y sus asesores con Fidel y Raúl Castro y los generales Senén Casas y Ochoa.

La intervención cubano-soviética en Angola al inicio de 1975, y su escalada posterior no fue, según algunos criterios, producto de una reacción a la presencia sudafricana. El propio vicecanciller cubano Ricardo Alarcón declarará a la prensa extranjera en diciembre de 1975 que el despacho de milicias cubanas hacia Angola había comenzado en la primavera de ese año en la base de Massangano12. Por otra parte, el general cubano Rafael del Pino ha declarado en diversas oportunidades que era incierto que las tropas cubanas hubieran ido a Angola a repeler la entrada de los sudafricanos, aclarando que fueron las tropas cubanas las que primero entraron en Angola13.

En agosto de 1975, las baterías cubanas abren fuego en Bié sobre un avión que conduce a Savimbi. En septiembre el presidente del Congo Brazzaville, Marie Ngouabi, se trasladaba a La Habana con representantes del MPLA. Allí accede a traspasar al general Díaz Argüelles el arsenal bélico de su ejército, sobre todo la cohetería reactiva que los soviéticos prometen reemplazarle.

El presidente guineano Touré facilita el aeródromo de Conakry como puente y reabastecimi ento de los transportes militares cubanos; y los yemenitas del sur brindan el aeropuer to de Adén para trasladar los avituallamientos esencia les oriundos de la URSS. Sin dudas, la escalada de Cuba y de la URSS a favor del MPLA se debe a que en septiembre el gobierno de las izquierdas portuguesas de Gonzalves se desploma, poniendo en peligro el auxilio que Neto venía recibiendo del mando portugués en Angola, sobre todo los desembarcos impunes de material de guerra soviético y de bayoneteros cubanos.

Tan pronto como las unidades cubanas tocaron suelo angoleño y establecieron campos de entrenamiento en diferentes localidades, el techo se les vino encima. África del Sur, informada de que los cubanos han decidido remitir más batallones, sacan a relucir una potente columna que cruzará la frontera en septiembre, el momento en que desembarcan masivamente las tropas castristas, internándose con rapidez en territorio angoleño, bajo el pretexto de que perseguían partidas de la SWAPO.

Tras la caída de Ganzalves en Lisboa y la entrada de África del Sur en Cunene, parece peligrar el plan de ubicar en el poder al MPLA. Castro se plantea un notable desplazamiento humano y la Unión Soviética concede su aprobación para el envío de más logística14. En su avance, la columna sudafricana va arrollando los campos de entrenamiento de los cubanos, provocando las primeras bajas. Esto situaba a Castro en una posición delicada, ya que dos meses después, en diciembre, en el primer congreso del PCC, tendría que informar que se había inmolado en Angola gran parte de sus cadetes militares. Castro se hallaba ante la disyuntiva de dejar los núcleos de entrenamiento a su suerte, sujetos al exterminio, o remitir poderosos refuerzos que frenaran a los sudafricanos. En contra de todas las probabilidades, Castro optó por subir la parada en Angola.

La flotilla aérea civil de aviones Britannia acometió el transporte de combatientes a inicios de octubre. El 6 de octubre, unidades de la famosa División 50, agrupación élite cubana, se enfrentan a los sudafricanos en Norton de Matos: es el choque más sangriento de la guerra. Asimismo, se revela la presencia de un grupo táctico naval soviético cerca del teatro de operaciones.

Ya a principio de noviembre, comienzan a recalar las selectas falanges especiales del Ministerio del Interior, cuya finalidad era parar en las puertas de Luanda a la columna sudafricana y ganar tiempo para que concluyese el arribo de otras agrupaciones regulares. La desesperación de Castro por obtener medios de transporte se ilustra en su decisión de transformar un barco envasador de pescado en transporte militar.

La falta de suficientes barcos hizo del puente aéreo el instrumento vital de la logística. A pesar de estar alertados en octubre, del recorrido de milicia y armamento cubano vía Barbados, Estados Unidos no llevó a cabo esfuerzo alguno por interferir hasta bien entrado el mes de diciembre, cuando convenció a las autoridades de Bridgetown a retirar el permiso de servir combustible a las flotillas cubanas. De inmediato Castro decide emplear como puesto de tránsito las Azores, pero las autoridades portuguesas, al conocer que los vuelos eran de tipo militar, decidieron atajarlos.

Es entonces que entran en acción los soviéticos, quienes no querían dar la cara en el porteo de logística desde Cuba; Moscú facultó a La Habana el alquiler de varios IL-62 que podían hacer la trayectoria Cuba-África sin tránsito. El 3 y el 12 de noviembre tienen lugar topes de envergadura en Benguela y Novo Redondo entre los sudafricanos y los batallones comandados por el general Díaz Argüelles. La tenacidad de la defensa desplegada por Díaz Argüelles y la efectividad de su artillería reactiva de 122 mm. convence al mando sudafricano de que tiene ante sí a experim­entados militares y que la lidia con los antillanos no resultará fácil.

En la primera semana de noviembre, La Habana advierte al general Díaz Argüelles que varias columnas enemigas provenientes de Cabinda al norte, y de Lobito al sur, avanzaban sobre Luanda. Díaz Argüelles alistaba la defensa, desplazando la cohetería de 122 mm. El 5 de noviembre Castro opta por remitir por vía aérea a especialistas en artillería pesada y a sus famosas Tropas Especiales bajo el mando de otro general, Pascual Martínez Gil. Irónicamente, Martínez Gil será procesado años más tarde junto al general Ochoa. Poseemos la versión oficial cubana según la trasmite García Márquez en su crónica15.

"La Operación Carlota se inició con el envió de un batallón reforzado de tropas especiale s, compuesto por 650 hombres. Fueron transportados por avión en vuelos sucesivos durante 13 días, desde la sección militar del aeropuerto José Martí en la Habana, hasta el propio aeropuerto de Luanda, todavía ocupado por tropas portuguesas. En aquel momento apenas estaban saliendo de Cuba tres barcos cargados con un regimiento de artillería, un batallón de tropas motorizadas y el personal de la artillería a reacción, que empezarían a desembarcar en Angola desde el 27 de Noviembre".

En una operación simultáneamente cronometrada en Luanda, en Lisboa y en La Habana, Castro precipita los acontecimientos de Angola para posibilitar que en Portugal el partido comunista prepare todo el andamiaje de un golpe de estado para el 25 de noviembre de 1975.

La unidad 3051 del ejército cubano, auxiliada con regimientos de tanques y tropas que arriban precipitadamente desde Cuba, abre fuego contra las bandas de Holden Roberto que se aproximaban a Luanda. Sin dar tiempo para comprender lo que sucedía, una lluvia de proyectiles incendiarios diezma el frente de Holden Roberto dejando grandes claros en sus filas. De inmediato, los tanques comienzan el cañoneo con proyectiles de fragmentación de tiro directo. Los cadáveres caían destrozados, prácticamente partidos en dos por los disparos de los blindados cubanos que los hacían saltar por el aire. Presa del pánico, aquella masa humana se retira como mejor puede, dejando tras de sí innumerables cadáveres.

No habían retrocedido un par de kilómetros las fuerzas de Holden Roberto, cuando comienzan a oír por encima de sus cabezas el silbido de los cohetes de 122 mm. seguido de una serie interminable de explosiones que acompaña la fuga a lo largo de veinte kilómetros. Los aviones de reconocimiento permiten ajustar los tiros indirectos y, para colmo de horrores, los MiG-21 bajan en picada y disparan sobre los fugitivos como sí fueran conejos.

Ya desde fines de agosto y comienzos de septiembre de 1975, algunos generales habían comenzado a recalar en terreno angoleño para aprestar la escalada siguiente. Con posterioridad van llegando al campo de batalla, junto al ministro de defensa Raúl Castro, una multitud de generales entre los que figuran Leopoldo Cintras Frías, Del Pino, Abelardo Colomé Ibarra, Rogelio Acevedo, López Cubas, Gustavo Fleites Ramírez, Cesar Lara Roselló y Romárico Sotomayor.

En diciembre Mijail Suslov, miembro del buró político del PCUS y el general de ejército vietnamita Vo Nguyen Giap viajan a La Habana para sostener largas consultas con Castro y con su Estado Mayor sobre las posibles reacciones de los Estados Unidos ante los eventos de Angola. Por su parte, la URSS lanza una cruzada diplomática en toda África con la promesa de cubrir de oro a los estados africanos que aún dudan en brindar su reconocimiento al régimen del MPLA. Moscú depositará en bancos suizos partidas de oro por valor de 25 millones de libras esterlinas para esta operación16. El Daily Express la calificó como la mayor tentativa de corrupción de la historia.

En 1975, en esta generosa operación de asistencia logística, la URSS fue capaz de transformar a su favor por segunda vez un conflicto militar del Tercer Mundo (el primero había sido Vietnam). En ambas maniobras será concluyente el desempeño de sus mandos militares provenientes del oriente, especia lmente las fuerzas aerotransportad as del mariscal Vassili Ivanovich Petrov, jefe del ejército soviético emplazado en la parte asiática del territorio, comandante de la ofensiva contra China en 1969 y especialista en operaciones aerotransportadas. Estos mecanismos funcionarán después, en mayor escala y menos encubiertos, primero en Etiopía y después en Afganistán. Sin la logística, la información de inteligencia y el consentimiento soviético, Castro no se hubiera aventurado a un desempeño militar de tal magnitud en Angola.

La ofensiva de enero de 1976 sobre el norte de Angola dominado por la FNLA, fue planeada por dos generales soviéticos17. Por otra parte, los soviéticos encaminan hacia Angola dos cruceros adicionales y un destructor. A lo largo de diciembre y enero, la Operación Carlota se acelera acrecentando primero a 12,000, luego a 22,000 y finalmente en marzo a 37,000 soldados las fuerzas emplazadas en Angola. En lo adelante, la UNITA se pasa a la guerra irregular en los macizos selváticos, mientras los batallones cubanos progresan en tres agrupaciones hacia las fronteras del Sur. Según el semanario Newsweek18 "los cubanos demostraron ser la mayor sorpresa de todas. Los hombres que Castro envió a Angola no parecían ser guerriller os provenientes de una república bananera, sino un ejército muy disciplinado y entrenado en el uso eficaz de algunos de los armamentos más sofisticados del arsenal soviético".

En el caso angoleño los Estados Unidos cometen un grueso error de calculó. A criterios del almirante Coutinho, el fallo norteamericano estuvo en no reconocer que los problemas que se sucedían en Portugal y en Angola estaban relacionados. Este gazapo los llevó a concebir la situación como dos operaciones encubiertas, una contra Portugal y otra contra Angola, totalmente independientes y dirigidas por dos departamentos diferentes de la CIA19.

Tras la independencia de Yemen del Sur y después de anunciarse el desmantelamiento militar británico del Indico, la URSS comenzó a tantear posibilidades costeras a la vez que negociaba con Touré, y consideraba la construcción de una base de submarinos en Cuba. Con la posterior descolonización de Mozambique y el golpe de estado de Didier Ratsiraka en Malgache, los soviéticos al fin logran flanquear las fuerzas navales norteamericanas en el área y se proyectan incisivamente sobre el cono sur indo-Atlántico.

Sí el Indico no era considerado un área de interés esencial para el Kremlin, los accesos, pasillos navales, rutas y puertos entre África y la India, así como la arteria petrolera occidental del Golfo Persa se inscribían evidentemente entre sus objetivos inmediatos. Esto se complementa con la acción de pinzas sobre el África del Sur, desde Mozambique y Angola, y la presencia, por primera vez, de una flota de guerra soviética en el Atlántico Sur con puertos seguros en África. La crisis de Las Malvinas mostró la validez estratégica del territorio angoleño para la URSS, ya que desde sus puertos sus naves pueden rastrear y seguir el curso de la Armada de la Pérfida Albión en su travesía del Atlántico.

No sólo una peligrosa concentración de hombres y complejos equipos cubano-soviéticos apuntaría sobre Namibia y Pretoria sino que Castro, con 60,000 bayonetas en África, se transforma en el poder militar extra-continental más poderoso. Sin dudas, el golpe cubano-soviético en Angola y luego en Etiopía tomaría por sorpresa al mundo Occidental, como sucediera en 1968 con la invasión de Checoslovaquia, y los sucesos posteriores en Afganistán.

Notas:

1. Bridgeland, Fred. Ob. cit., p. 58

2. Míguez, Alberto. Castro's armies in Africa (Paper Study). Editado por Kenneth August, 1985. Citado bajo permiso de la Fundación Nacional CubanoAmericana

3. Diario de noticias. Lisboa, 09-05-1974.

4. Diario de noticias. Lisboa, 5/febrero/75

5. Tarabochia, Alfonso. Congressional Record. Washington, D.C., United States Senate, p.s. 3758, 16/marzo/70, p. 36

6. Tarabochia. Ob. cit, p. 37

7. Bridgeland, Fred. Ob. cit., p. 120

8. Milán Matos, Rigoberto. Farsa y farsantes de Cuba comunista, Miami, 1984, p. 78

9. García Márquez, Gabriel. Ob. cit.

10. Ídem.

11. Tarabochia, Alfonso. Ob. cit., p. 38

12. Memorando del FNLA. Prólogo del autor para La crisis de Angola. (Sin fecha)

13. Diario de Las Américas, Miami, 16/diciembre/87, p. 1

14. García Márquez, Gabriel. Ob. cit.

15. Ídem.

16. Tempo, Lisboa, 8/mayo/76

17. Tempo, Lisboa, 5/mayo/77

18. Verde Olivo, La Habana, No. 31/1978

19. Coutinho, Rosa. Entrevista citada por la empresa televisiva canadiense Stornoway Productions. Lisboa, 1986.


* JUAN F. BENEMELIS: Historiador y analista político. Nació en Manzanillo, Oriente, Cuba en 1942. Graduado en Derecho Internacional e Historia. Diplomático en Ghana y Tanzania del régimen de Castro. Asesor para el gobierno de Yemén del Sur. Premiado por la Unión de Escritores de Cuba por el ensayo " África: Una Visión Histórica". Colaboró con el libro " La Revolución Cubana 25 años después" que auspició la Universidad de Georgetown. Publicó su libro "Castro: Subversión y Terrorismo en África" en España y Portugal en 1987.Tiene en su haber la publicación de numerosos libros sobre el tema cubano.


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1 comentário:

Pepe444 disse...

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